38. En busca de la felicidad - Capítulo 1
39. En busca de la felicidad - Capítulo 2
40. En busca de la felicidad - Capítulo 3
Capítulo IV: Intentando tapar el sol con un dedo
Cintya estaba bastante triste por lo ocurrido la noche anterior con el evento de Juli, pero mas le entristecía pensar en porque David en vez de quedarse con su familia, al recibir la llamada esa misteriosa, salió raudo y no supo mas de él. No respondía sus mensajes ni mucho menos prendía el teléfono celular. Un mal presagio atormentaba su corazón y no quería pensar en ello porque lo que vislumbraba no era nada bueno.
Juli subió a su alcoba y se detuvo al ver a su hermana tan melancólica.
- Alguna noticia de David?
- No ninguna, no responde hasta ahora y al parecer no fue a trabajar en la mañana.
- Porque te empecinas en esa relación? Hace mucho tiempo que es evidente su dejadez y su falta de interés en ti. Tu eres la única que no quiere ver que ya no te quiere.
- Deja de decir tonterías Juli!! Que sabes tu de amor si solo vives en tu mundo de belleza y piensas que nadie te merece. Déjame con mis sueños de amor. Ok?
- Pero es que no es justo contigo!! Tienes al hombre mas bello, bueno y honesto a tus pies y persistes en Miller que lo único que ha buscado siempre es escalar posiciones. – casi gritó Juli.
- Basta!! – dijo Cintya perdiendo la calma. Yo no amo a Will y punto! Es mi mejor amigo y allí se quedará para siempre.
- No digas de esta agua no he de beber querida. La vida da muchas vueltas y él siempre estará esperando por ti.
La conversación fue interrumpida por una llamada. Era David que al fin se comunicaba con su novia y le decía con voz cansada que se acababa de despertar porque tuvo una emergencia con un familiar y había pasado la noche en vela. Al colgar el teléfono, Cintya le dijo a Juli: viste que yo tenía razón?
- Si quieres creerte tus propias fantasías, allá tu pequeña. Yo solo quiero protegerte y deseo lo mejor para ti.
- Metete en la cabeza que no soy una niña!!! Sé perfectamente que hago de mi vida y con quiero compartirla para siempre – y diciendo esto último, tomó su bolso y salió de la habitación.
***
En el Estudio de Abogados, la tarde transcurría sin novedad, salvo por la presencia de las pequeñas hermanas de Sony – pues la niñera no podía ocuparse de ellas esa tarde – era un día bastante normal.
- Yazmín por favor no le jales el cabello a tu hermana – susurraba Sony para evitar que empezaran a pelear y su jefa se enterara de su presencia.
- Mily no muerdas los muebles!! No juegues con las plantas. No ensucies esa pared que me voy a ganar un gran problema!!
- Lo siento doctor Buhler, es que no tenia con quien dejarlas hoy. Ahora mismo le aviso a la doctora Marín que está aquí.
- No hay cuidado Sony – dijo amablemente Urs. Solo son dos pequeñas niñas algo traviesas.
- Colgando el telefóno, Sony le dijo: dice que pase.
Urs entró al despacho de Annie, en donde el olor a licor le producía nauseas. Ella al ver su cara desencajada, abrió una ventana para que entrara aire y le pidió que empezaran a revisar el caso que el Tribunal los esperaba mañana temprano y no estaba permitido salir perdedores.
- Cuéntame Buhler – dijo Annie sonriendo y poniendo énfasis en el apellido de Urs – como ves el panorama?
- Hay muchos puntos ambiguos que no nos favorecen, doctora - respondió Urs aspirando ese perfume que se le metía hasta los huesos.
- Annie! Dime Annie. Y que sugieres?
- Lo siento. Cambiar la estrategia. Elaboré este bosquejo pero aun no he terminado de desarrollarlo – dijo Urs alcanzando unos papeles a su jefa.
- Mmm no te parece muy arriesgado? Es mejor pisar sobre seguro con esta gente! Ellos no quieren pagar esa indemnización al Estado y para eso nos contrataron, para ganar.
- Del pago no se salvan, pero podemos conseguir que paguen el menor … - Urs no pude terminar de hablar porque Annie intempestivamente se levantó de su asiento diciendo: que es ese barullo? Abrió la puerta y la escena hizo que sus mas desgraciados demonios despertaran:
- Que cornos significa esto? – gritó al ver a Mily jugando al caballito en su sofá de cuero y a Yazmín pintando el vitral italiano que adornaba su oficina.
- Yo yo yo no tenia como … niñas por favor salgan de allí … doctora yo le puedo explicar todo – decía Sony con voz entrecortada y corriendo a controlar a sus hermanas. Vengan niñas, les dije que me metería en problemas – decía mientras las tomaba de los brazos para sacarlas lo mas pronto de allí. Las niñas empezaron a llorar.
- Annie perdió el control al escuchar sus llantos – no me importan tus excusas ni tus líos personales, esto no es una guardería, es una oficina seria. Saca a esos bichos de aquí y empieza a guardar tus cosas porque no quiero verte más!!! Y ustedes – dirigiéndose a las niñas que lloraban mas fuerte – dejen de berrear de una buena vez!
David que recién llegaba a la oficina, ayudó a Sony con las niñas y le dijo que las llevaría al Parque de Diversiones, que ella estuviera tranquila y buscara a Patty si no quería perder su empleo.
Annie bebió una copa de vino para calmarse y aun totalmente trastornada le dijo a Urs que seguirían trabajando en su departamento porque allí la paz que necesitaba ya no existía. Urs aún asustado por lo que acaba de presenciar, recogió los expedientes, la ayudó con el abrigo y salieron del lugar.
***
Como lo había imaginado Urs, el departamento de Annie era el fiel reflejo de su dueña, elegante, sobrio, demasiado lujoso para su gusto. Entraron y Annie le indicó que le trajera de la cava una botella de vino para tranquilizar sus nervios.
Él entró a la habitación que le había indicado y se quedó boquiabierto al ver la grosera colección de botellas que tenía en ese lugar. - Vaya! así como colecciona hombres también colecciona botellas – pensó en voz alta.
- Así es – afirmó Annie que lo habia seguido sigilosamente – pero al otro salón de trofeos jamás entrarás. No das la talla – sonrió y se dirigió al estudio.
- Urs se sintió herido en su vanidad y solo reaccionó cuando escuchó a su jefa llamarlo. Tomó una botella de tinto y salió.
Estuvieron desarrollando la estrategia elaborada por Urs aunque Annie no estaba convencida que finalmente optarían por ella. En un momento ella dijo:
- Me cansé! Ya no puedo mas Buhler. Tu ganas, termínalo en tu casa.
- Es en serio? – preguntó él.
- Si, estoy hablando en serio. Me gusta la pasión que pones para defender tus ideas, aunque tendrás que hacer algo por mi.
- Qué cosa? dijo Urs asustado.
- No vas a matar a nadie, no te asustes – rió ella. Solamente tendrás que aceptar un obsequio que tengo para ti y quiero que uses mañana – y mientras decía esas palabras le entregó un traje de diseñador precioso, con camisa y corbata. Si vas a entrar a un Tribunal a mi lado, no puedes ir vestido así – dijo señalando su horrible saco.
- Urs a pesar de sentirse humillado, tuvo que aceptar el trato. Al fin pondría en práctica su capacidad y así demostrarle a esa mujer que tanto lo perturbaba, las razones que lo habían convertido en tan buen abogado.
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